Arte de posguerra características
El arte conceptual, otra corriente importante, prioriza la idea sobre la ejecución. Abundan las representaciones abstractas y las expresiones de la individualidad fragmentada. El arte de posguerra refleja la desilusión y el trauma colectivo tras la Segunda Guerra Mundial. La belleza convencional es rechazada en favor de la crudeza y la autenticidad.
Se busca transmitir una sensación de desolación y desesperanza. La responsabilidad social se convirtió en un imperativo ético. Se ironizó sobre la sociedad de consumo y sus valores. El concepto de autoría se cuestionó en el arte de posguerra. Predominan los colores apagados, las texturas rugosas y las composiciones desequilibradas.
Los artistas denunciaron las injusticias, las desigualdades y los horrores de la guerra. El concepto es la obra de arte, y el objeto físico es secundario o incluso innecesario. Algunos artistas abogaron por la colaboración y la participación del espectador.
Se cuestiona la definición tradicional de arte y su función en la sociedad. El arte se convirtió en una herramienta de protesta y resistencia. La influencia del existencialismo se aprecia en la preocupación por la libertad individual y la responsabilidad.
Se esperaba que el artista cuestionara las normas establecidas y propusiera nuevas formas de ver el mundo. El informalismo, una corriente clave, se caracteriza por la ausencia de forma y estructura definida. El arte de posguerra redefinió el papel del artista en la sociedad.
Se buscó democratizar el arte y acercarlo al público masivo. Se buscó desdibujar los límites entre el arte y la vida cotidiana. El arte se adentró en el absurdo, la alienación y la incomunicación.